dibujo realizado
por Overmars
por Overmars
Incluso los más heterodoxos miembros del criptozoo quedaron impactados con la existencia de estas criaturas que no son sino una extraña y desconocida tribu salvaje que habita en el corazón de los espesos bosques de montaña de centroeuropa, a los que Overmars bautizó como Neuri en un guiño al mito explicado por Herodoto . Los verdaderos Neuri eran muy probablemente antepasados de los eslavos, a los que según Herodoto los escitas acusaban de convertirse en hombres-lobo una vez al año. Quizá en esta tribu perdida se encuentra el origen de esta extraña descripción. También es posible que haya alguna relación con el mito del hombre-verde.A pesar de su feroz aspecto, estos seres se alimentan sobre todo de vegetales y pequeños animales y rara vez se han documentado casos de acercamiento a poblaciones humanas, aunque al ser maestros del camuflaje, su presencia ocasional en pueblos y ciudades no se pueda descartar.
Pero esta habilidad no parecía servirles de mucho en el momento en que Overmars los encontró en 1941, pues estaban siendo masacrados por una unidad SS. A pesar de sus esfuerzos, Overmars solo pudo salvar a una familia completa y a una docena de niños que estaban siendo protegidos por ella. Del resto nunca más se han vuelto a encontrar pistas y seguramente perecieron a manos del comando nazi.
Con el tiempo la tribu se fue recomponiendo y manteniendo sus costumbres dentro de los bastos terrenos del criptozoo. Cuando llegaron las modernas técnicas de identificación genética, los investigadores observaron con estupefacción, que a pesar de sus características externas, su genoma no difiere en absoluto del de un hombre normal.
Pero esta habilidad no parecía servirles de mucho en el momento en que Overmars los encontró en 1941, pues estaban siendo masacrados por una unidad SS. A pesar de sus esfuerzos, Overmars solo pudo salvar a una familia completa y a una docena de niños que estaban siendo protegidos por ella. Del resto nunca más se han vuelto a encontrar pistas y seguramente perecieron a manos del comando nazi.
Con el tiempo la tribu se fue recomponiendo y manteniendo sus costumbres dentro de los bastos terrenos del criptozoo. Cuando llegaron las modernas técnicas de identificación genética, los investigadores observaron con estupefacción, que a pesar de sus características externas, su genoma no difiere en absoluto del de un hombre normal.
